La mordaza.
Su voz calla ante el temor.
Los gritos son ahogados
en la almohada,
cómplice,
eterna amiga
que enjuga sus lágrimas,
guarda sus sueños,
esconde sus anhelos.
Oculta en ella su rostro
para guardar un poco de dignidad.
El dolor traspasa más allá,
es el alma quien le reclama...
que alce la voz para impedir
otro golpe
a su integridad,
pero no…
ella sabe que solo debe
callar.
Amordazando sentimientos,
guardándolos en la oscuridad.
No se acaba el mundo,
se lo dice la cotidianidad.
Solo cierra sus ojos
imagina aquella dulce voz que la hace
de este mundo escapar.
Es él quien le da la vida,
Aunque sienta que desgarran su piel,
sabe que amándolo
lo demás...
se puede soportar.
Nikki.
Julio, 2011.